DAROCA, DESTINO INTERNACIONAL DE MÚSICA

 

No es posible detallar en estas limitadas páginas todo el desarrollo de ese continuo fluir de peregrinos musicales que han colgado en su mente y en su ánimo es cartel de Destino, Daroca. En 1980 fueron 56, entre profesores y alumnos, los participantes en este primer Curso. En el Curso de 2006 se alcanzaba el número de 138 participantes; teniendo presente que, en años que el alojamiento lo permitía, Se ha llegado hasta 211, como en el año 1989. Desde el curso inicial en 1980 hasta el de 2006, han sido unos cuatro mil doscientos sesenta y ocho, los músicos de toda nación, lengua y raza, -un torrente de juventud invadiendo los viejos torreones y murallas de la ciudad-, que han colgado en su espíritu viajera y músico, así como en sus petates, ese cartel Destino, Daroca, y han llegado, gozosos en su afán de beber la Música de los labios, más bien de las manos de nuestro ciego organista, amigo y patrón Pablo Bruna.

Ciertamente han sido los españoles los que en mayor número han llegado de todas las regiones de España, con 3.119 participantes, seguros de lo que el Curso Internacional de Música de Daroca les iba a suponer en su formación como músicos profesionales, les iba a aportar para consolidar sus vidas de músicos. De las naciones del entorno mediterráneo han acudido 268 italianos y 209 franceses; del Centro de Europa han sido 122 alemanes, 17 austriacos, 16 belgas, 50 holandeses, 89 suizos, 40 de Polonia y 3 de Mónaco, y 1 de Israel. De una Europa más cercana, 63 son de Portugal y 66 del Reino Unido. Si nos alejamos del Mediterráneo, de lejanas tierras han llegado 1 de Albania, 10 de Azerbaiyán, 2 de Checoslovaquia, 4 de Dinamarca, 1 del Kazakstán, 3 de Estonia, 5 de Lituania, 2 de Noruega, 19 de Suecia. Si damos el salto a América, desde allí han llegado 24 de los Estados Unidos, y 2 del Canadá; de la América hispana: 4 de Venezuela, 9 de Uruguay, 18 de Méjico, 3 de Cuba, 2 de Colombia, 4 del Brasil, 1 de Bolivia, y 17 de Argentina. Si giramos más hacia Oriente nuestro mundo músico, vemos llegar 3 de Australia, 3 de China, 1 de Corea, 63 del Japón, y 5 de Taiwán. Y hasta de la lejana Sudáfrica uno ha encaminado sus pasos musicales hacia Daroca.

Nos gustaría insistir de ello más adelante, pero ya queremos decir aquí la importancia de todos estos embajadores que enviamos desde Daroca a sus orígenes no ya tan sólo con la música de nuestro Pablo Bruna en sus sentimientos, sino con el recuerdo grato y hasta emocionado de una ciudad, de sus habitantes, de su cordialidad, de su exquisito trato, así como de la belleza de una tierra aparentemente dura, pero pródiga en ricos alimentos y afrutados vinos.

Santa Maria de los Sagrados Corporales

Hemos admirado antes el singular número de instrumentos musicales en los ábsides y retablos de las iglesias darocenses, dispuestos como conjuntos orquestales medievales, los cuales, al contemplados visualmente, al mismo tiempo los sentíamos internamente sonar, porque eran los mismos que realmente y en muchas ocasiones festivas los hemos visto tañer y sonar en manos de los numerosos músicos de la ciudad y de los lugares cercanos en las iglesias, plazas y calles de la misma.

Por eso no nos ha extrañado ahora verlos de nuevo tomar sonoramente Daroca a la vista de todos y llenarla de sus dispares sonidos convirtiendo a Daroca de nuevo en una ciudad sonora y armoniosa, rica de música. Cada uno de esos peregrinos que cumplen su deseo de llegar a su destino: Daroca, lo hacen llevando un valioso instrumento en sus manos, que pronto hallará lugar adecuado entre la variada riqueza artístico-cultural de la ciudad y llenará de real y efectivo sonido no sólo las aulas del Curso, sino también, una vez, más iglesias, plazas y Calles. Podemos examinar con un poco más de detalle, no exhaustivamente, esos instrumentos, dándonos cuenta de la riqueza de la enseñanza impartida en el los sucesivos Cursos, y del marchamo darocense que estos han impreso a la formación de los hoy músicos profesionales por todo el mundo como antes hemos visto.

En primer lugar hay que reseñar la influencia de Pablo Bruna a través de los órganos que él tañó en Daroca, y de los claves y monacordios que sabemos que tenía, que utilizaba para sus lecciones y composiciones y que luego fueron precioso legado para sus sobrinos músicos y sus alumnos y alumnas más aventajados. Ilusionados organistas (569 inscripciones) -utilizamos los datos de 26 de las 29 ediciones del Curso- (Profesores, Luis González Uriol (España), Martín (España), Andrea Marcon (Italia), y clavecinistas (873) (Profesores, Kenneth Gilbert Willem Jansen (Holanda), Aline Parker (Francia), Cristine Whiffen (Inglaterra), Michel Bignens (Suiza), Robert Woolley (Inglaterra), Yves Rechsteiner (Suiza), Olivier Baumont (Francia) han pulsado con sus manos estos instrumentos tan representativos en la historia musical darocense. Suplía en ocasiones al órgano el arpa barroca, que ha tenido 141 seguidores (Profesora, Nuria Llopis (España). También con aladas manos han hecho vibrar las cuerdas de los instrumentos de cuerda: la delicada vihuela, y sus más próximos el laúd renacentista y la barroca, 316 alumnos (Profesores Jorge Fresno (Argentina), Paul Odette (Estados Unidos), Juan-Carlos Rivera (España), Paula Chateauneuf (Inglaterra), John Griffith (Inglaterra); o con el arco, sutilmente frotado, las cuerdas de la aterciopelada viola de gamba (287) (Profesores, Pere Ros (España), Laurence Dreyfus) del cristalino violín barroco (260) (Profesores, Emilio Moreno (España), Irmgard Schaller (Alemania), François-Maurice Fernández Chiara Bianchini (Suiza); del agradecido violonchelo barroco (73) (Profesores, Wouter Möller (Holanda), Lucia Swarts (Holanda), Gaetano Nasillo (Italia).

Otro numeroso grupo vemos avanzar por las callas de Daroca, esta vez soplando, unos con fuerza, otros más suavemente, instrumentos que los antiguos denominaban flatulentos: Los más redondos sonidos de la flauta de pico (40) (Profesor, Pedro Memelsdorft (Argentina) del traverso barroco (140) (Profesor, Agostino Cirillo (ltalia); del oboe barroco (168) (Profesores, Clare Shanks (Inglaterra), Nils Ferber (Francia), Renate Hildebrand (Alemania); al mismo tiempo que sentimos destacar los sonidos más agudos de otros instrumentos de los denominados la madera: la chirimía (53) y los más penetrantes del corneto(261) (Profesores, Renate Hildebrand (Alemania), Jean-Pierre Caniac (Francia), Philippe Matharel (Francia), Francisco Rubio (España); todos arropados por los más graves y armoniosos sones de los bajones y fagotes barrocos (163) (Profesores, Joseph Borrás (España), Lauren Vejart (Francia) y del llamativo serpentón (41) (Profesor, Bernard Fourtet (Francia) pero aún se hacen notar más por las calles de Daroca, convertidas en aulas de música, los metálicos sones de los sacabuches (82) (Profesores, Jean-Pierre Mathieu (Francia), Bernad Fourtet (Francia), Simeón Gandul (España) del aparatoso ophicleide (2).

Tan importantes como los instrumentos que oímos sonar en el Curso son las voces de los peregrinos musicales que se acercan a Daroca como un destino deseado, para hacer realidad su vocación de expresar con su voz las más bellas músicas deleite de los humanos: 898 inscripciones en canto (Profesores, Rose Marie Meister (Suiza), Guillemette Laurens (Francia), Wilfried Jochens (Holanda), Cristina Miatello (Italia), Mark Tucker (Inglaterra), Marta Almajano (España) otros vienen con una vocación de cantar en conjuntos corales y aun dirigirlos, y así se agrupan en las secciones de canto coral (310) y dirección coral (486) (Profesores, Martín Schmidt (Alemania), Vasco Negreiros (Portugal). También los instrumentistas tienen su estima de sonar en conjuntos, unas veces, para hacer música de cámara (144), y con vuelos aun más altos formar una orquesta barroca (200) (Profesor, Emilio Moreno (España.) A Daroca también se han dirigido los atraídos por la danza, herederos de los múltiples danzantes y mimos que hemos visto pulular por las plazas darocenses en siglos pasados; el Curso los pudo acoger en contadas ocasiones, por lo que han sido muy limitadas las inscripciones a la danza (58) (Profesores, Regina Bertini (Italia), Pilar Montoya (España).

Sesudos ellos, todavía vemos caminar por la rúas de la ciudad de Daroca, con sus teóricos y clásicos tratados musicales bajo el brazo, el los que vienen a estudiar la música, a analizar el hecho musical que ellos ven cumplido en Daroca, inscribiéndose en la sección Teoría musical y práctica organística (364) (Profesores, Álvaro Zaldívar (España), Javier Artigas (España) y Antonio Ezquerro (España). Todavía hay estudiosos que sienten atraídos pos los diferentes temas que se ofrecen en los seminarios que han venido a impartir desde muy variados y lejanos lugares peritos en la materia, que también cuenta con inscripciones específicas a los mismos. Habría que destacar los cursos permanentes de Claves y de instrumentos, de gran aceptación entre los participantes de los Cursos, impartidos por Reinhard von Nagel (Alemania) y de manera especial por Raúl Sevillano (España). Práctico sobremanera han sido el taller práctico y eficiente de construcción de cañas o piporros para los instrumentos de viento, que tanta aceptación ha tenido siempre (Profesor, Laurent Vejart (Francia).

Quisiera destacar el progresivo aumento y desarrollo de las secciones musicales del Curso Internacional de Daroca. De las tres Secciones de los años iniciales 1979 y1980, se pasó a doce en 1989, a diecinueve en 1992, y Se alcanzaron hasta veintiuna en el 2003; quedando en quince las que figuran en la Convocatoria de la treinta edición que tendrá lugar en agosto del presente 2008 y que ofrecemos al final de estas páginas.